Epístola Pascual 2021 de Juan, Obispo de Caracas y Sudamérica

¡Cristo resucitó! ¡En verdad resucitó!


«… a la tarde de ese mismo día, el primero de la semana, y estando, por miedo a
los judíos, cerradas las puertas (de) donde se encontraban los discípulos, vino Jesús y,
de pie en medio de ellos, les dijo: ¡Paz a vosotros!”
(Juan 20:19)


En el día de Su Resurrección, las puertas cerradas no pudieron alejar al Señor Resucitado de los que Lo amaban. Así mismo, transcurrida una semana, no lo pudieron evitar cuando Él se les apareció nuevamente, esta vez con la presencia de Tomás. Ni siquiera pueden ahora, cuando muchos creyentes nos encontramos nuevamente detrás de las puertas cerradas debido a restricciones relacionadas con la pandemia, la cual, con el permiso de Dios, está asolando el mundo por segundo año.

Ni antes ni ahora las puertas cerradas pudieron alejarnos del Cristo Resucitado, pero sí, el desorden y la confusión que anidan en nuestros corazones. Por esta razón, de acuerdo al relato evangélico, en ambos casos el Señor Resucitado anuncia Su presencia con las palabras: paz a vosotros.

Esta – es la paz, imprescindible para disipar ese miedo y confusión que se apoderaron de los apóstoles al ser testigos de la crucifixión y muerte del Señor. Esta – es la paz, que era y es necesaria, no solo para verlo, sino para reconocer en Él al Señor verdaderamente resucitado en la carne, y no como una especie de fantasma o aparición. Esta – es la paz, si participamos del Cristo Resucitado, tan necesaria para superar nuestras dificultades y dolores reales o imaginarios, incluso dentro de los confines de este mundo caído.

Del relato de Lucas aprendemos, el Señor Resucitado luego de otorgar esta paz, continúa diciendo: “¿Por qué estáis turbados? y ¿por qué se levantan dudas en vuestros corazones?» (Luc. 24:38). Es muy lamentable, que algunos, perciban en sus agobios o incluso insultos una cierta medida de virtud y piedad, en lugar de un obstáculo, lo cual, a diferencia de las puertas cerradas, puede impedirnos ver al Cristo Resucitado. ¿No nos dijo Cristo, al principio de su evangelio: Bienaventurados los de corazón puro, porque verán a Dios? (Mat. 5:8).

¡Hermanos y hermanas, querido Pueblo de Dios! Les deseo la paz de Cristo Resucitado, paz, por encima de todo entendimiento (Fil. 4: 7) para que, a pesar de la adversidad actual, podamos participar verdaderamente en la Resurrección Gloriosa de Cristo, tanto aquí como en el día sin atardecer de Su Reino. Porque, de acuerdo a la palabra del apóstol: persuadido estoy de que ni muerte, ni vida, ni ángeles, ni principados, ni cosas presentes, ni cosas futuras, ni potestades, ni altura, ni profundidad, ni otra creatura alguna podrá separarnos del amor de Dios, que está en
Cristo Jesús nuestro Señor
(Rom. 8:38-39)

¡Cristo resucitó! ¡En verdad resucitó!

Juan, Obispo de Caracas y Sud América
Pascua del Señor, año 2021

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